Mientras que muchas personas se alegran o entristecen por las fluctuaciones diarias de los precios, los verdaderamente ricos ven sus activos desde una perspectiva completamente diferente.
No se centran en el "precio" actual, sino en el "horizonte temporal" hacia el futuro.
No se distraen con el ruido del mercado a corto plazo, sino que adoptan una visión a largo plazo para determinar el valor intrínseco de sus activos.
Este es el principio universal sobre el que han construido y siguen construyendo y protegiendo sus grandes fortunas.
Cuando la bolsa se desploma, los inversores ordinarios se apresuran a vender, pero los ricos analizan con calma la situación y la ven como una oportunidad para comprar más.
Cuando los precios inmobiliarios caen temporalmente, muchas personas se dejan llevar por la ansiedad, pero los ricos se centran en el flujo de caja a largo plazo generado por la propiedad y evalúan si el valor intrínseco de la misma se ha visto dañado.
Esta diferencia de pensamiento puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en la construcción de activos.
Este artículo explica desde una perspectiva profesional por qué las personas adineradas se centran en los horizontes temporales, su forma específica de pensar y las técnicas de valoración de activos, utilizando como ejemplo la inversión inmobiliaria.
En particular, se explican detalladamente, basándose en datos, los beneficios específicos de la inversión a largo plazo, como las ventajas fiscales y el efecto compuesto.
Al final de este artículo, debería ser capaz de comprender la filosofía patrimonial de las personas con un elevado patrimonio neto e incorporar una nueva perspectiva a su propia estrategia de creación de activos.
Dé aquí el primer paso hacia la creación de activos esenciales con la vista puesta en el valor futuro.
¿Por qué los ricos valoran los activos en un "horizonte temporal"?
Hay una razón clara por la que las personas con grandes patrimonios dan importancia a un "horizonte temporal" a la hora de valorar sus activos.
Esto se debe a que evitan los riesgos que plantean las fluctuaciones de precios a corto plazo y están familiarizados con las ventajas de adoptar una visión a largo plazo.
Riesgos de las fluctuaciones de precios a corto plazo
El mercado bursátil e inmobiliario fluctúa diariamente debido a diversos factores.
Sin embargo, gran parte de estas fluctuaciones no son más que "ruido" causado por el sentimiento temporal del mercado o por movimientos especulativos.
Un estilo de inversión que sólo sigue las fluctuaciones de precios a corto plazo es muy incierto y emocionalmente agotador.
Además, con activos como los bienes inmuebles, las transacciones a corto plazo no sólo aumentan la carga de los costes de transacción (comisiones de corretaje, de registro, etc.), sino que también son desventajosas desde el punto de vista fiscal.
Aumento a largo plazo del valor del activo
Por otra parte, mientras la economía siga creciendo y se mantenga una inflación moderada, el valor de los buenos activos tiende a aumentar a largo plazo.
Por ejemplo, las propiedades generadoras de ingresos situadas en buenas ubicaciones pueden esperar que sus alquileres aumenten en consonancia con el crecimiento económico y que el valor del propio activo aumente debido al desarrollo de la zona circundante.
Al evaluar el potencial futuro de sus activos desde una perspectiva macroeconómica y adoptar una postura firme, las personas con un elevado patrimonio neto pueden aumentar de forma constante sus activos sin dejarse influir por las fluctuaciones transitorias de los precios.
Importancia de los rendimientos (rentas de inversión)
Existen dos tipos de rentas de inversión: las plusvalías procedentes de la venta de activos y las rentas procedentes de la conservación de activos.
Los grandes patrimonios conceden especial importancia a este último tipo de ingresos.
Un flujo de caja regular y estable, como los ingresos por alquileres procedentes de la inversión inmobiliaria, puede utilizarse como capital circulante para las empresas o como fuente de fondos para nuevas inversiones, reforzando así los cimientos de la creación de activos.
En comparación con las inversiones a corto plazo que persiguen ganancias de capital, las inversiones a largo plazo que se centran en las ganancias de rentas son una estrategia mucho más estable.
Maximizar el efecto compuesto
La mayor ventaja de la inversión a largo plazo es el efecto compuesto.
Se refiere al efecto de la reinversión de los ingresos obtenidos, por el que se pagan intereses no sólo sobre el principal, sino también sobre los intereses, lo que produce un efecto de bola de nieve de aumento de los activos.
Este efecto compuesto es inmensamente potente cuanto más largo es el periodo de inversión.
La tabla siguiente muestra una simulación de una inversión a largo plazo de una inversión inicial de 10 millones de yenes con diferentes rendimientos.
| Periodo de inversión | Tipo de interés anual del 3% | Caso del 5% de tipo de interés anual | Al 7% de tipo de interés anual |
|---|---|---|---|
| Al cabo de 10 años | Aprox. 13,44 millones de yenes | Aprox. 16,29 millones de yenes | Aprox. 19,67 millones de yenes |
| Después de 20 años | Aprox. 18,06 millones de yenes | Aprox. 26,53 millones de yenes | Aprox. 38,7 millones de yenes |
| Después de 30 años | Aprox. 24,27 millones de yenes | Aprox. 43,22 millones de yenes | Aprox. 76,12 millones de yenes |
*No se tienen en cuenta impuestos ni comisiones.
Como puede ver, a medida que aumenta el periodo de inversión, las pequeñas diferencias en los rendimientos suponen una gran diferencia en el importe de los activos.
Para aprovechar al máximo este poder del tiempo y del interés compuesto, las personas con un elevado patrimonio empiezan a constituir activos desde una edad temprana con una perspectiva a largo plazo.
Técnicas específicas de valoración de activos para el "horizonte temporal
Entonces, ¿cómo incorporan exactamente los grandes patrimonios un "horizonte temporal" a la valoración de sus activos?
En esta sección se explican los métodos de valoración y el pensamiento estratégico que utilizan los profesionales.
Método de capitalización de ingresos (método DCF)
A la hora de evaluar el valor de un inmueble, suele utilizarse el "método de comparación de casos de transacción", que compara el valor del inmueble con los casos de transacción circundantes, pero los particulares con grandes patrimonios y los inversores profesionales hacen más hincapié en el "método de capitalización de rentas", que se centra en el flujo de caja que generará el inmueble en el futuro.
En concreto, el método DCF (DiscountedCashFlow method ), que calcula el valor de un activo descontando los ingresos futuros (por ejemplo, los ingresos por alquiler) y el precio de venta futuro al valor actual, es un método típico de valoración que tiene en cuenta el eje temporal.
Este método permite tomar decisiones de inversión más sofisticadas, basadas en el poder de ganancia intrínseco y el potencial futuro de la propiedad, más que en su precio a corto plazo.
Optimización de la cartera en su conjunto
Los grandes patrimonios no se guían por la evolución de los precios de los activos individuales.
Siempre ven todos sus activos como una única "cartera" y tratan de optimizarla en su conjunto.
Por ejemplo, combinan bienes inmuebles para obtener ingresos estables, acciones nacionales y extranjeras para el crecimiento, bonos y metales preciosos para la cobertura del riesgo, de forma equilibrada según el clima económico y su etapa de la vida.
Al combinar varios activos con distintos horizontes temporales, el objetivo es diversificar el riesgo y lograr un crecimiento estable de los activos en cualquier entorno de mercado.
Diversificación de las estrategias de salida (exit)
Aunque el mantenimiento a largo plazo es la estrategia básica, las personas con un elevado patrimonio neto siempre tienen en mente múltiples estrategias de salida.
Pueden vender estratégicamente algunos activos para obtener beneficios cuando el mercado está sobrecalentado.
También reposicionan activamente los activos, utilizando los ingresos para sustituirlos por otros más rentables.
La clave es tener una política básica de tenencia a largo plazo, pero no ceñirse a ella, sino ser flexible a los cambios en las condiciones económicas y sociales y estar siempre listo para aplicar la mejor opción en el mejor momento.
Ejemplos prácticos de prácticas basadas en el tiempo
He aquí algunos ejemplos concretos de creación de activos basada en el tiempo.
Por ejemplo, consideremos el caso de una persona que compró una propiedad generadora de ingresos en el centro de la ciudad a los 30 años y la mantuvo durante 20 años.
Si el precio de la propiedad en el momento de la compra es de 50 millones de yenes y los ingresos anuales por alquiler de 2,5 millones de yenes (rendimiento superficial del 5%), los ingresos totales por alquiler obtenidos durante 20 años ascienden a 50 millones de yenes.
Además, al invertir estos ingresos por alquiler en otra inversión, se puede producir un efecto compuesto y el rendimiento real será aún mayor.
Además, si la propiedad está en una buena ubicación, hay muchas posibilidades de que pueda venderse a un precio igual o superior al de compra cuando se venda al cabo de 20 años.
Si la propiedad pudiera venderse por 50 millones de yenes, junto con unos ingresos por alquiler de 50 millones de yenes durante 20 años, formaría efectivamente un activo de 100 millones de yenes.
Además, se aplica el tipo preferente del impuesto sobre transmisiones patrimoniales (aprox. 20%) debido a la tenencia a largo plazo durante más de cinco años, por lo que puede asegurarse un beneficio suficiente incluso después de impuestos.
De este modo, al tener el tiempo de su lado, puede incrementar su patrimonio de forma constante y eficaz.
Comparación de datos: negociación a corto plazo frente a tenencia a largo plazo
En la inversión inmobiliaria, existen diferencias significativas entre la negociación a corto plazo y la tenencia a largo plazo, no sólo en términos de objetivos y riesgos, sino también en términos de fiscalidad.
En particular, el tipo del impuesto sobre transmisiones patrimoniales que grava las plusvalías obtenidas en la venta varía mucho en función de si el periodo de propiedad supera los cinco años.
Esto es también un indicio de que la política nacional desincentiva el comercio especulativo a corto plazo y promueve la propiedad a largo plazo de bienes inmuebles como valores de alta calidad.
| Comparación | Comercio a corto plazo (periodo de propiedad de cinco años o menos) | Tenencias a largo plazo (periodo de propiedad superior a cinco años) |
|---|---|---|
| Finalidad principal | Plusvalía (ganancia por venta) | Plusvalía (ingresos por alquiler) + aumento a largo plazo del valor del activo |
| Tipo impositivo (impuesto sobre transmisiones patrimoniales) [1]. | Aprox. 39,63% ( impuesto sobre la renta 30% + impuesto sobre la vivienda 9% + impuesto especial sobre la renta para la reconstrucción) | Aprox. 20,315% ( impuesto sobre la renta 15% + impuesto de habitación 5% + impuesto especial sobre la renta para la reconstrucción) |
| Riesgos. | Riesgo de fuertes caídas de los precios de mercado, elevada presión fiscal, frecuentes costes de transacción. | Riesgo de desocupación, envejecimiento de los edificios, riesgo de subida de los tipos de interés |
| Ventajas | Potencial de grandes beneficios en poco tiempo. | Ingresos estables, ventajas fiscales, efecto compuesto |
Como muestra la tabla, la propiedad a largo plazo es abrumadoramente ventajosa en términos fiscales.
La preferencia de los grandes patrimonios por las inversiones a largo plazo no es sólo una filosofía, sino que se basa en estas ventajas económicas muy racionales.
Conclusión: acumular activos con la vista puesta en el valor futuro
En este artículo se ha explicado por qué los grandes patrimonios valoran sus activos en función de un "horizonte temporal" y no de los "precios" actuales, así como los métodos concretos que utilizan para hacerlo.
Aumentan su patrimonio de forma constante aprovechando al máximo el crecimiento económico a largo plazo, las ganancias de ingresos y el poder del interés compuesto, en lugar de dejarse distraer por el "ruido" de las fluctuaciones de precios a corto plazo.
La clave es tener una perspectiva que vea el valor intrínseco que el activo creará en el futuro, en lugar de dejarse llevar por las ganancias a corto plazo o las fluctuaciones de los precios.
La clave del éxito en la inversión inmobiliaria es seleccionar cuidadosamente los inmuebles desde la perspectiva de si pueden generar ingresos estables a largo plazo, cinco, diez o más años, y si cabe esperar que aumenten de valor en el futuro.
La propiedad a largo plazo también presenta importantes ventajas desde el punto de vista fiscal.
Si el inmueble se posee durante más de cinco años, el tipo del impuesto sobre transmisiones patrimoniales se reduce considerablemente, pasando de aproximadamente el 39,63% al 20,315%.
Este incentivo fiscal es la prueba de que el Estado fomenta la propiedad de activos a largo plazo, y las personas adineradas aprovechan al máximo este sistema.
Además, teniendo en cuenta el efecto del interés compuesto, cuanto más largo sea el periodo de inversión, mayor será la diferencia de pequeños rendimientos en el importe final de los activos.
Si los activos se invierten durante 20 años a un tipo de interés anual del 5%, crecen aproximadamente 2,7 veces, y a un tipo de interés anual del 7%, crecen aproximadamente 3,9 veces.
Como demuestran estas cifras, tener el tiempo de su lado es el arma más poderosa para acumular activos.
¿Por qué no aprovechar esta oportunidad para revisar su propia cartera de activos desde la nueva perspectiva de un "eje temporal"?
La construcción estratégica de activos con la vista puesta en el valor futuro será su brújula para superar tiempos inciertos y alcanzar la verdadera riqueza.
Preguntas más frecuentes
P1: ¿Cuál es el periodo de tiempo específico para las inversiones a largo plazo?
R1: Una directriz importante es un periodo de propiedad superior a cinco años, que proporciona ventajas fiscales. Sin embargo, no es infrecuente que las personas con grandes patrimonios, que son verdaderos inversores a largo plazo, sigan manteniendo activos durante 10, 20 años o incluso a lo largo de varias generaciones. La clave no es tanto el plazo en sí, sino tener una estrategia que pueda reevaluar con flexibilidad a medida que cambien sus planes de vida y sus circunstancias económicas.
P2: ¿Debo mantenerme a largo plazo aunque los precios sigan bajando?
R2: Si no se produce ningún cambio en el valor intrínseco del activo (por ejemplo, la rentabilidad del inmueble o la superioridad de su ubicación), una caída del precio a corto plazo puede verse como una oportunidad para comprar más a un precio más bajo. Sin embargo, si se produce un descenso a largo plazo de la población de la zona u otros cambios que puedan hacer tambalear los fundamentos del valor del activo, debería revisar rápidamente su estrategia, incluso reducir sus pérdidas.
P3: ¿Deben mantenerse todos los activos a largo plazo?
A3: No, esto no es universalmente cierto. Aunque el núcleo de la cartera de activos debe estar formado por activos de calidad mantenidos a largo plazo, también es sumamente importante reservar un cierto porcentaje de activos financieros de gran liquidez (efectivo, depósitos, bonos a corto plazo, etc.) para estar preparado ante necesidades repentinas de capital o para aprovechar oportunidades de mercado a corto plazo. El equilibrio global de los activos y la optimización de los objetivos son claves para un crecimiento estable de los activos.
Daisuke Inazawa
INA&Associates Co., Ltd. Representante legal. Con sede en Osaka, Tokio y Kanagawa, se dedica a la compraventa, alquiler y gestión de inmuebles. Ofrece sus servicios basándose en una amplia experiencia en el sector inmobiliario. Bajo la filosofía de que «el activo más importante de una empresa es su personal», concede gran importancia a la formación y el desarrollo de sus empleados. Continúa su compromiso con la creación de valor empresarial sostenible.